lunes, 27 de abril de 2015

Días de Ausencia Monterrey 1847 (2a Parte)

II Parte Días de Ausencia

En la segunda parte de su carta, fechada el 7 de febrero, J. W. describe la ciudad de Monterrey. Le sorprenden sus fuertes baluartes – fortines  en la batalla de Monterrey de 1846 – especialmente la catedral y el obispado. Da cuenta también de un extraño personaje, quizá regiomontano. Un joven que no dejó su ciudad después de la intervención norteamericana. “Un maestro del arte” musical, según palabras de J.W. Éste lo encuentra tocando la guitarra en el patio del obispado. “La melodía que estaba interpretando – escribe J.W. a su padre – era  “Días de ausencia” y otras seguidas con el mismo estilo de tristeza, tan suaves y melancólicas que casi me sacan las lágrimas”.  




Esta melodía era una pieza popular en la época. No puedo asegurar al ciento por ciento que se trate de la misma melodía atribuida por algunos autores al pensador francés Jean Jaques Rousseau, pero es muy posible que sí lo sea. La melodía de la pieza “Días de Ausencia” también conocida como “El sueño de Rousseau[1] fue del  beneplácito del público europeo y americano a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Sorprendentemente aún hoy es una melodía popular infantil ¡en Japón![2] El novelista Honorato de Balzac la atribuye al compositor francés Louis-Ferdinand Hérold[3]  Estaría inspirada a partir de una melodía o Aria llamada “Pantomime”, que forma parte de la última escena de la ópera de Rousseau: Le Devin du Village de 1752[4].  Músicos europeos y americanos compusieron variaciones a la popular melodía. El Opus 17 del italiano Mateo Carcassi “Variations sur Le Songe de Rousseau” es una hermosa composición para guitarra en base a este mismo tema[5].  Otras variaciones del Sueño de Rousseau fueron compuestas para piano por el norteamericano J. B. Cramer en 1818[6] y para arpa por el inglés Thomas Paul Chipp (1818-1870)[7].



El tema musical era cantado con la letra de diversos poemas, entre ellos uno de Thomas Moore con el título de  The Young Man´s Dream[8]. En 1842 se cantaba esta melodía con la letra y el título de “Song of the Texian Prisioners in Mexico[9] y por la misma época con la letra que aparece en la publicación de Johnson con el título “Days of Absence[10] Durante la Guerra Civil norteamericana la misma melodía era cantada con la letra de “Chief Justice Taney[11]. Es quizá por la “fama” de la pieza citada que J.W. escribe sencillamente a su padre que la melodía ejecutada por el joven mexicano en el patio del obispado era “Days of Absence”.


Por otro lado el argumento de la copla es típica del gusto militar: el amor lejano de la bien-amada y los padecimientos anímicos causados por la guerra.

Aquí la letra de la canción en inglés:

Days of absence

Days of absence, sad and dreary,
Cloth’d in sorrow’s dark array;
Days of absence, I am weary,
Her I love is far away.
Hours of bliss too quickly vanish´d,
When will aught like you return;
When the heavy sigh be banished;
When this bosom cease to mourn?

Not till that lov´d voice can greet me,
Which so oft can charm mine ear;
Not till those sweet eyes can meet me,
Telling that I still am dear.
Days of absence then will vanish,
Joy will all my pangs repay;
Soon my bosom´s idol banish
Gloom, but felt when she´s away.

All my love is turned to sadness
Absence pays the tender vow,
Hopes that fill´d the heart with gladness,
Mem´ry turns to anguish now.
Love may yet return to greet me
Hope my Take the place of pain:
Antoinette with kisses meet me,
Breathing love and pace again.

Traducir textualmente la letra de un poema es traicionar el alma del poeta. En este caso prefiero describir los versos más libremente, tratando de captar, en cuanto me sea posible, la esencia del poema.

El soldado le canta a su amada:

Desde lejos, ausente de tu amor y tu presencia.
En este uniforme sombrío, oscuro y triste.
Cansado de pelear… cansado de la guerra.
Recuerdo la efímera felicidad pasada.
Suspiro: ¡Mi amor está tan lejos!
Y me pregunto:
¿Cuándo dejaré de sollozar?

Será cuando vuelva a escuchar la seductora voz de mi amada,
Cuando sus dulces ojos me vuelvan a mirar
y me digan con ternura: “aún te amo” .
Entonces los días de ausencia desaparecerán.
Será entonces cuando la alegría sanará mis heridas…
Y de pronto, me doy cuenta de la realidad
Desaparece el frenesí de mi pecho
Y me inunda la nostalgia porque sé que mi amada está tan lejos.

El amor se convierte entonces en tristeza,
La ausencia cobra su precio. Y suspiro:
“Algún día mi amor volverá
Y ocupará el lugar que ahora tiene este dolor.
Volveré a ver a Antonieta y me besará
Su pecho me llenará nuevamente de amor y tranquilidad”.





El muchacho que tocaba su guitarra en el obispado después de interpretar la canción “Días de Ausencia” y otras igualmente tristes, cambió de ánimo y ritmo y ejecutó una de nombre “Ven y Cómprame una Escoba” (Come buy a brum). Por más que he buscado datos sobre este tema no he encontrado nada.
Y continuó el muchacho tocando valses hasta que por fin se percató de la presencia del soldado.

Pero dejemos que la narración la haga el mismo J.W. Traduzco en seguida la segunda parte de carta:

“Febrero 7 1847

El sol se alzó claro y brillante esta mañana sobre las encumbradas alturas del cerro de la Silla (el limite este de la hermosa ciudad de Monterrey) El aire estaba henchido del más delicioso perfume de miles de naranjales y limoneros que llenan los jardines y huertas que rodean la ciudad. Pájaros de todos colores y cantos, llenan el aire con notas armoniosas, entre los cuales está el cenzontle, y otros muchos de los cuales desconozco sus nombres. Al sur de la ciudad corre otra cadena de montañas, dividida por un paso solo, una cadena quebrada sobre el oeste rodea casi toda la ciudad. ¡Y qué ciudad!  Escoltada a cada paso por fortificaciones naturales y de ingeniería. Convirtiéndola en casi impenetrable para el enemigo y ¿cómo pudo ser tomada por fuerzas luchando de 1 a 4? no sabría decirlo. Pero así fue. Y de no haber terminado el combate, mil mexicanos más hubiesen caído. Yo he deambulado por la ciudad, visitando lugares y sitios, entre las que se encuentra la catedral, una inmensa edificación de piedra, que contrasta contra el perfil azul de la montaña. Labrada desde la base hasta la cúpula, le da una antigua y romántica apariencia, sus campanas suenan cada 15 minutos, cada media hora y cada hora, tanto de día como de noche.
 
El siguiente es el Castillo del Obispado, imponente construcción, poderosamente fortalecida, pero en la actualidad es un montón de ruinas. Se encuentra a media milla al oeste de la ciudad, sobre un cerro de quizá unos 200 pies de altura, protegido por el oeste por un cerro aún más alto. Por el este por un fuerte bastión de piedras, con cuatro hoyos (ojos de buey) así protegiendo la ciudad por el norte, sur y este. Después de escalar por media hora la subida de peldaños, sobre rocas puntiagudas, llegué cerca del castillo. Y me detuve a tomar aire un momento. Mientras estaba allí detenido, la más melancólica música de cuerdas que jamás haya escuchado llegó a mis oídos  y venía del castillo, de eso estaba seguro. Estaba yo determinado a descubrir al autor, entonces procedí con cautela, hasta que llegué al interior del patio del castillo. Él estaba allí sentado, dándome la espalda, tocando su guitarra, era un joven mexicano.  La melodía que estaba interpretando era “Días de ausencia” y otras seguidas con el mismo estilo de tristeza, tan suaves y melancólicas que casi me sacan las lágrimas. Pronto, sin embargo, él cambió a  la alegre melodía de “Ven y cómprame una escoba” cambiando el tono y el ambiente, saltó y comenzó una serie de valses – que habrían dado crédito a un maestro del arte musical. Entonces, por primera vez, se percató de mi presencia. Detuvo entonces sus gracias y su música, me saludo con un amable buenos días, y me propuso “pli tundi” (tocar una pieza) que por supuesto me negué. (Claro que ustedes saben porqué). Me acompañó por el castillo, mostrándome y explicándome lo mejor de sus conocimientos, el castillo y su historia. Después de subir hasta la cumbre de la colina y ver la ciudad a mis anchas, me dirigí al campamento, y lo que vi después deberá ser el tema de otra carta, estoy bien. Nunca mejor. Gordo y con buena vida.

Mi mayor cariño a mi querida madre y saludos a todos los amigos, soy, como siempre, tuyo, afectuosamente. J.W.”






[1] Cfr. McCASKEY, John Piersol Frankling Square Songs. Collection: Two Hundred Favorite Songs and Hymns for Schools and Homes, Nursery and Fireside Harper, New York 1887., p 138. http://www.traditionalmusic.co.uk/songs-collection-fs/fs-songs%20-%200238.htm Ver partitura al final del Artículo
Cfr.  C.W. Bardeen Publisher Song Budget Music Series, Combined: Binding Together The Song Budget, The Song Century, The Song Patriot, 1895. https://books.google.com/books?id=C_wYAAAAYAAJ&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[2] Cfr. LICHTE, Michel Sur l’auteur du “Songe de Rousseau” en L´Année Balzacienne 2012/I (No 13) Presses Universitaires de France pp., 331-336. http://www.cairn.info/revue-l-annee-balzacienne-2012-1-page-331.htm
[3] Para una profunda reflexión sobre la autoría de esta obra cfr IBIDEM.
[4] Cfr. ROUSSEAU, Jean Jaques Le devin du village: Keyboard/Vocal Score Editor Charlotte R. Kaufman A R : Editions, Inc. 1998. La Opera se puede escuchar on line en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=uEucVoQ1fsU   
[5] Se puede escuchar una interpretación de esta pieza por el guitarrista japonés Ishimura Hiroshi en su página de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=UftVieFSk60 Es interesante también la interpretación al piano del pianista inglés Philip Sears en base a una partitura del Sueño de Rousseau publicada en Londres c. 1850 60 por Pitman Hart. https://www.youtube.com/watch?v=sJO7oyI3jD4
[6] Rousseau's dream. An air with variations for the piano forte. Composed & dedicated to the Countess of Delaware by J.B. Cramer.  G. Willig's Musical Magazine Philadelphia, PA. 1818. http://dc.lib.unc.edu/cdm/ref/collection/sheetmusic/id/26149
[7] Rousseau’s Dream with variations for the harp composed & respectfully dedicated to Miss Louisa Smith by T. P. Chipp Published by Menro & May, 11 Holbern, Bars near Middle Row, London. https://musopen.org/sheetmusic/33706/thomas-paul-chipp/rousseaus-dream-with-variations/
[8] Cfr. The New York Review Vol II New York George Dearborn & Co. 1838 p. 64.
[9] GRAHAM, Philp Early Texas Verse (1835-1850) Steck Company, 1936 p. 20. http://www.worldcat.org/title/early-texas-verse-1835-1850/oclc/1682086
[10] JONHSON, Song Publisher, No 7 N. 10th St. Philadelphia. On line en The Library of Congress http://www.loc.gov/resource/amss.cw101250.0
[11] Cfr. American Song Sheets en Duke University Libraries Digital Collections http://library.duke.edu/digitalcollections/songsheets_bsvg100117/

La partitura completa en PDF. de la Melodía y letra de Days of Absence en este enlace: 




Days of Absence Music Sheet by Jorge H. Elías (Leoncillo Sabino)

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